viernes, 22 de enero de 2021

Italianos en la Argentina

 "Desde el comienzo de la conquista europea de América, los italianos desempeñaron un papel fundamental. En nuestro suelo, desde el descubrimiento, hubo italianos en nuestra historia: Américo Vespucio, Antonio Pigafetta (nuestro primer geógrafo) y tantos más. Hubo italianos importantes en el virreinato (el explorador Mascardi, el músico Zipoli, el arquitecto Bianchi). Durante el gobierno de Rivadavia llegaron artistas, técnicos y científicos; alrededor de 1840, los legionarios garibaldinos. Después de Caseros, hubo importantes italianos en la construcción del ferrocarril (Jacobacci , Pompeyo Moneta), en la realización de obras de riego (Cipolletti –en Mendoza, Neuquén y Río Negro) y en la          industria (los frigoríficos de Antonio Devoto, las fábricas de embutidos de Fasoli y de lácteos de Magnasco fueron herederas de los saladeros de Rocca y de Berisso) ".  

 "También después de Caseros, se inicia la emigración masiva de italianos –del norte, primero, del sur, después-. Nuestra Constitución, la ley de fomento de la emigración dictada por Avellaneda, el progreso incesante de nuestra república, el salario superior, la abundancia de campo fértil, la 'magia' de América y el sueño de la 'Argentina, tierra de promisión', fueron importantes razones para venir a nuestro suelo. (...) Italianos del norte y del sur. Agricultores, viñateros, fructicultores, labradores de la tierra y de un futuro mejor. Cultivaron el suelo, sirvieron a la patria y ampliaron nuestro patrimonio espiritual ".        

"La avalancha migratoria procedente del sur de Europa Encuentra sin dudas el mayor contingente humano ingresado en el país entre mediados del siglo XIX y la primera parte del XX; en este contexto, su aporte representó casi el ochenta por ciento del total de los inmigrantes arribados . Si bien los italianos ocuparon el primer lugar por cantidad e impacto en la economía, en la sociedad y en la cultura argentinas, no estaban solos en la aventura transatlántica "    

 "En las primeras etapas de la   inmigración   predominantemente los septentrionales: ligures, piamonteses y lombardos. Hacia fines del siglo XIX se suman en cantidades importantes los inmigrantes del sur: Calabria, Campania, Basilicata y Sicilia. (...) Los toscanos, que desde siempre se han sentido orgullosos de portar el italiano más pulido, la   lengua   del Dante, poblarán 'el gallinero' en las noches de ópera italiana del   Teatro   Colon. Los dialectos meridionales de los 'tanos' (napolitanos, calabreses, sicilianos) serán responsables del 'cocoliche' e inquietarán a las autoridades, preocupadas por el destino de la lengua nacional. Su importancia numérica hará que todos los italianos sean adscriptos a la categoría 'tano' "

Fuente: www.monografias.com

Foto: Puerto de Buenos Aires, llegada de inmigrantes desde Génova en 1914







jueves, 21 de enero de 2021

Mi padre era lombardo, de Samolaco, un pueblito cerca del Lago de Como

 "Mi padre, que murió en 1948, a los 90 años, era lombardo, de Samolaco, un pueblito cerca del Lago de Como, próximo al límite con Suiza. Llegó al país hace casi un siglo, cuando tenía seis años, con mi abuelo, que tenía treinta o treinta y cinco. Llegaron a Buenos Aires en un barco de vela, y aquí tomaron la "galera" que en 15 días los llevó al Tandil, que era una especie de fortín, con muchos criollos, muchos indios, algunos militares y muy pocos extranjeros. Todo era pampa, con hacienda sin dueño. Imagínese a esos dos italianos, ¡qué sabían de enlazar y bolear!...

Hicieron un corral, encerraron algunas vacas y fueron los primeros lecheros de Tandil. Todos los días mi padre iba al pueblo y llevaba seis o siete litros de leche, que repartía a los pocos, muy pocos, que tomaban leche en ese entonces, porque la mayor parte solo comía carne y tomaba vino...
Cuando mi padre tenía ocho o nueve años, un buen día se sublevaron los criollos, dirigidos por un curandero llamado Tata-Dios, y decidieron matar a todos los extranjeros. Y efectivamente, los mataron a casi todos... Habrán sido diez o quince. Mi abuelo vivía un poco alejado del pueblo; alguien le avisó, y con mi padre se fue a las sierras. Mi abuelo, después de este episodio, decidió volver a Italia, y allí se quedó. Pero mi padre, al cumplir 16 años, volvió solo a la Argentina. Empezó a trabajar como peón en la construcción de los ferrocarriles, ganando un peso por día. Con los centavos que pudo ahorrar, compró un campito en Pergamino, la ciudad donde Yo nací. Poco a poco, tuvo vacas, fue sembrando trigo, y de todo... Allí nacimos todos.
Mi padre nos despertaba a las cinco diciendo: "Está por salir el sol." Ordeñábamos las vacas, hacíamos otros trabajos, y aún nos alcanzaba el tiempo para llegar antes que nadie a la escuela. Por supuesto, a las ocho de la noche ya habíamos cenado y estábamos en la cama. Ésta era nuestra vida. Toda mi infancia la pasé así. Una maravillosa infancia...
En mi casa se hacía todo. Todo, No se compraba nada. Se hacía el pan, teníamos leche, queso, manteca, verduras, vinos de nuestra viña. En la enorme casona, constituida por ocho o nueve piezas inmensas, teníamos la despensa, siempre repleta de alimentos. En invierno, se carneaban los cerdos, y se hacían jamones, chorizos, salames... Era una vida muy sana.
Cuando terminé sexto grado, vine a un colegio salesiano de Buenos Aires. Concluí el bachillerato en 1918, y en 1919 ingresé en la Facultad de Medicina. Mi padre me mandaba algunos pesos; no muchos... Fue él quien quiso que estudiáramos. Yo quería quedarme en el campo, pero él me dijo: "No, no tenés que ser como yo. El que estudia siempre tiene más posibilidades."
Arturo Umberto Illia

Foto: Arturo Umberto Illia tomando el subte


Emigraron desde la comuna de Romano Canavese, Piemonte a la Argentina

 Cuando era adolescente hice el secundario en el colegio Sagrado Corazón de la ciudad de Rosario, por aquellos años pase mucho tiempo con una tía abuela llamada Dominga Pierina Donato.

 Dominga Pierina Donato sabía hablar el dialecto piamontes, cuando nací ella la primera vez que me vio dijo en dialecto piamontes: “que bello pollito”, por eso luego derivo que mi sobrenombre fuera “Puli”.

A la tarde mientras ella planchaba muy bien la ropa con sus más de 90 años de edad y yo hacía los deberes del colegio me contaba alguna historia de cuando ella vivía en el campo, de su vida en General Gelli, una localidad del Departamento Constitución, Provincia de Santa Fe, Argentina.

Una de sus historias recurrentes era el relato de como su padre Giovanni Donato había emigrado a la Argentina.

Mi bisabuelo Giovanni Donato nació el 2 de Noviembre de 1850 en la comuna de Romano Canavese, en la región de Piemonte.

 Alrededor del año 1888 Giovanni Donato emigró a la Argentina, pero luego de un tiempo regresó a Romano Canavese, con la intención de encontrar una mujer para casarse.

 Al llegar de regreso a Romano Canavese se compró muy buena ropa y fue a la misa del día domingo.

 En la misa por aquellos años las mujeres solteras se sentaban adelante en la iglesia y Giovanni Donato se ubicó a un costado en la iglesia de San Pietro e Solutore.

Durante la misa Giovanni Donato tuvo un “fulmine” (rayo)  con Carlotta Carissono.

Entonces Giovanni Donato la espero a Carlotta Carissono hasta el final de la misa y en la salida de la iglesia de San Pietro e Solutore se acercó para hablar con ella  y resultó ser que ella era la hermana del cura que estaba dando la misa, ella era la hermana del cura Giussepe Carissono.

El cura Giussepe Carissono primero averiguó si Giovanni Donato no se había casado en Argentina, una vez que tuvo esa información de que él era soltero los caso en la iglesia de San Pietro e Solutore y emigraron ambos a la Argentina.

Su hermano cura Giussepe Carissono le dio antes de partir a Carlotta Carissono una cruz como recuerdo que él tenía de cuando él se había ordenado como sacerdote.

Al llegar Giovanni Donato y Carlotta Carissono se establecieron en un campo cerca de la zona de San Nicolás, sud de la provincia de Santa Fe, donde tuvieron 4 hijos, dos varones y dos mujeres, todos sus hijos fueron bautizados en la catedral de la ciudad de San Nicolás.

Foto: Giovanni Donato

Foto: Carlotta Carissono

Foto: el sacerdote Giussepe Carissono con sus dos hermanas

Foto: Iglesia de San Pietro e Solutore

Foto: la plaza donde se encuentra la iglesia de San Pietro e Solutore se llama plaza Ruggia, en recuerdo al sargento Giovanni Ruggia, héroe de la guera de la independencia italiana en el año 1861.



Comuna de Romano Canavese, Piemonte.

Romano Canavese es una  comuna italiana de la provincia de Turín, región de Piemonte

Según los historiadores locales, Romano Canavese surgió como castra (campamento militar romano) en 143 a. C., durante la guerra que libraron los romanos contra la población celta de Liguria Salassi. Como recordatorio de este origen milenario, aún quedan huellas de la centuriación romana en la campiña al sur de la villa y la ruta del cardo y el decumanus en el cruce de las calles que conectan la villa con los pueblos vecinos.

 Durante la Alta Edad Media romana debió de tener cierta importancia, si es cierto que Carlomagno guardaba uno de sus Campos de Mayo bajo las murallas del pueblo. Importantes testimonios de la comunidad romana se encuentran alrededor del año 1000, cuando el territorio era feudo del obispo de Ivrea; hay que recordar que en ese momento la mayoría de los asentamientos del anfiteatro morénico de Ivrea aún no existían.

 En el siglo XIV también Romano estuvo involucrado en la Revuelta de los Tuchini, un movimiento de rebelión de los campesinos acosados ​​por los nobles que también se recuerda en el histórico Carnaval de Ivrea. Durante estos dramáticos eventos, el castillo fue destruido y solo una torre permaneció intacta, todavía un símbolo de la ciudad. A lo largo de la Baja Edad Media, la jurisdicción del territorio de Romano fue una fuente de conflicto entre el obispo de Ivrea y los Saboya. Algunas de las familias nobles más poderosas fueron los Orengiano y los condes de San Martino.

 En el siglo XVI, Romano y sus habitantes se vieron envueltos en enfrentamientos entre los ejércitos español y francés; De esta época data la descripción de la villa como fortaleza inexpugnable dotada de torres y puentes levadizos y defendida por murallas y fosos.

 Romano volvió a tener un momento de gloria en 1800 en el momento de la Batalla de Chiusella en la que emergió la figura del romano Giacomo Pavetti, general de Napoleón. El enfrentamiento entre el ejército napoleónico y el Austro Piemontesi cerca del arroyo Chiusella quedó inmortalizado en un interesante cuadro conservado en el Museo de Versalles.

 De esta época se conserva el antiguo puente situado a lo largo de la antigua carretera que unía Aosta con Turín.

 Romano aún conserva valiosos testimonios de la historia pasada: la imponente torre del castillo, el recetto, las iglesias y palacios nobles, el centro histórico; con los bosques y viñedos de las colinas morrenas hacen de la ciudad un rincón maravilloso del Vecchio Canavese.













miércoles, 20 de enero de 2021

“La paloma gaucha”, Carola Lorenzini

 Soy Carola Lorenzini, nací el 15 de agosto de 1899, nací el día de la asunción de María al Cielo.

Mi padre se llamaba José Lorenzini, apellido que parece haberse originado en el área central de las regiones de Toscana, Emilia Romagna, Marche y mi madre se llamaba Luisa Piana,  también un apellido de origen italiano de la región de Liguaria, su significado genérico es "chi sta, chi abita in pianura”. Soy criolla y tengo una gran cariño por las tradiciones rurales autóctonas de Argentina, tengo la costumbre de vestir bombachas criollas, botas y campera de cuero, lo que me valió el apodo de “Paloma Gaucha”.

Nací en la localidad de Empalme San Vicente, provincia de Buenos Aires, lo que ahora es Alejandro Korn desde mayo de 1960 en honor al médico y filósofo Alejandro Korn, quien fue el primer funcionario universitario en América Latina en ser elegido con el voto estudiantil y está considerado como el iniciador del pensamiento filosófico en la Argentina.

Fui la séptima hija de ocho hermanos, por lo tanto si todos mis hermanos hubieran sido mujeres me hubiera correspondido la ley 20.843 de padrinazgo presidencial.

Desde pequeña me gustaron los deportes, me destaqué en equitación, remo, atletismo, salto, jabalina, hockey, pelota a paleta, básquet , tenis y en 1925 llegue a ser campeona de atletismo, también fui la primer mujer que condujo un automóvil por las calles de San Vicente.

Cuando cumplí  20 años, me anoté en la Escuela Underwood, donde aprendí mecanografía y taquigrafía. Durante el día trabajaba en una empresa de productos químicos y de noche iba a la academia para formarme en aquel oficio porque necesitaba trabajar para ayudar a mi familia.

Tuve la suerte que un día gracias a la recomendación de una docente pude entrar a trabajar en la Unión Telefónica y obtuve un puesto que era codiciado por aquellos tiempos.  A diario viajaba desde el Conurbano hasta el centro porteño para trabajar, mientras seguía participando en el tiempo que me quedaba libre de distintas competencias deportivas, en las que gane muchos trofeos.

Pero mi gran sueño siempre fue volar, a los 11 años de edad le dije a una vez mi madre: “Si los pájaros vuelan, ¿por qué no voy a poder volar yo?".

En el año 1931 envié muchas cartas y reiterados pedidos de ingreso al Aero Club Argentino de Seis de Septiembre, hasta que fui aceptada. Al ser aceptada tuve que vender mi bicicleta y un diccionario enciclopédico compuesto por varios volúmenes para poder juntar los 600 pesos que costaba el curso de piloto. Durante el curso me levantaba a las tres y media de la mañana para alcanzar el tren de las cuatro y dos minutos y a las cinco estaba en Morón para poder volar con el primer instructor de turno.

A los tres meses de práctica obtuve el carnet de piloto civil internacional, con casi 20 horas de vuelo. Mi primer vuelo importante fue el 4 de noviembre de 1933, ese día pase a ser la esposa del aire, de los espacios, mi vida pasó a ser una verdadera aventura.

En el año 1935 logré mi primera gran hazaña a bordo de un Fleet 51 con el que cruce el Río de la Plata, no tenía brújula el avión y para colmo cuando comencé a descender me falló el altímetro con lo cual a pura intuición logré completar la maniobra.

Otro de mis sueños cumplidos fue recorrer el país por el aire y lo pude cumplir en el año 1938 a bordo de un avión Focke Wulf, visité 14 provincias, me esperaban multitudes para verme hacer acrobacias y aplaudían al verme aterrizar. Una vez caí cerca de Posadas, debido al impacto el avión perdió sus alas y el tren de aterrizaje, yo estaba en una inmensa soledad con la nariz y un ojo lastimado comencé a caminar entre los bañados, con los pies que me hervían porque llevaba medias gruesas, caminé seis horas hasta encontrar una choza, luego hice una jornada igual a caballo para hallar un lugar donde poder comunicar mi caída.

Un día mi jefe en la empresa telefónica me dijo que debía elegir entre mi empleo o la aviación y yo le conteste que las dos cosas me eran igualmente necesarias, una, para comer; la otra para vivir. Después de 16 años de trabajo, decidieron dejarme cesante.

 Entonces decidí escribirle al presidente Roberto M. Ortiz para pedirle un empleo y conseguí un empleo como instructora de vuelo.

En 1941 llegó a la Argentina un grupo de aviadoras uruguayas y decidí brindarles una despedida con acrobacias el domingo 23 de noviembre, les iba a demostrar a las uruguayas quiénes somos las argentinas.  Nos sacamos una foto con las aviadoras uruguayas Blanca Modernell y Laura Machado Bores, me coloqué mis antiparras y  luego subí a un Focke-Wulf Fw44, un avión que yo solía volar habitualmente.

Primero tomé mucha altura, para luego bajar a toda velocidad haciendo mi célebre looping invertido, hice una tremenda pasada rasante con la que los obligue a agacharse a todos los presentes y escuche los aplausos al pasar, me salió perfecto,  con esta acrobacia ya quede inmortalizada en la memoria del pueblo argentino, misión cumplida, ya puedo desplegar mis alas y ascender al cielo.

Un día despertarás y ya no habrá más tiempo para hacer las cosas que siempre has querido hacer, hazlas ahora”. 





martes, 19 de enero de 2021

El gran matemático italiano que emigró a la ciudad de Rosario, Argentina.

 Recuerdo que un fin de semana lo fui a visitar a mi amigo Héctor Perfumo a su casa y veo en la mesa de la cocina que estaba haciendo unos ejercicios de matemáticas, me comento que estaba ayudando a un chico del barrio con la materia.

En ese momento me llamo la atención que Héctor Perfumo con más de ochenta años de edad recordara como se hacían las derivadas e integrales.

Me dijo que él que había estudiado en la Escuela Industrial de la Nación, lo que hoy es el Instituto Politécnico Superior "General San Martín" , que es una muy buena escuela secundaria técnica de la ciudad de Rosario y luego en la Facultad de Ingeniería se graduó como agrimensor.

Héctor Perfumo en ese momento me enseño en su biblioteca una revista de matemáticas llamada “Mathematicae Notae”, la revista por su estado se veía que tenía unos cuantos años y me comento que esa revista de matemáticas había sido la primera revista sobre matemáticas que hubo en la Argentina y que había sido fundada por su profesor de matemáticas llamado Beppo Levi .

Yo le conteste a él que casualmente yo también había tenido una muy buena profesora de análisis matemáticas en la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano llamada Liliana Cattaneo , casualmente ella también era profesora del Instituto Politécnico Superior "General San Martín" y que ella preparaba alumnos que competían en las olimpiadas matemáticas.

Luego me comento Héctor Perfumo que Beppo Levi era muy bajo de estatura, no llegaba a escribir hasta arriba del pizarrón, que su timbre de voz era muy fino con un marcado acento italiano.

También me comentó que Beppo Levi era reconocido mundialmente como un gran matemático, que hasta Albert Einstein intercambiaba correspondencia epistolar con Beppo Levi , y que Albert Einstein decía que si Beppo Levi no podía resolver un problema, no podía nadie.

Beppo Levi

Beppo Levi nació el 14 de mayo del año 1875 en la región de Piamonte, Italia.

Estudió en la Universidad de Turín, siendo doctor en matemática a los 21 años de edad.

En 1901 fue profesor en la Universidad de Piacenza. En 1906, en la Universidad de Cagliari. En 1910, en la Universidad de Parma. Y, en 1928, en la Universidad de Bolonia, que en 1951 lo designa emérito.

Beppo Levi fue uno de los ilustres matemáticos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Publicó numerosos artículos y libros de altísimo nivel académico sobre temas de matemática, física, historia, filosofía y didáctica. Italia le reconoce su contribución científica nombrándolo miembro de las Academias de Ciencias de Bolonia y Dei Lincei.

En 1938 el régimen de Mussolini lo echó por ser judío. Era un erudito y un sabio pero Italia se daba el lujo de dejarlo cesante.

En 1938 el decano de la Facultad de Ciencias Matemáticas, Físico-Químicas y Naturales de Rosario (Argentina), el Ingeniero Cortés Plá, lo invita a trasladarse a la ciudad de Rosario en Argentina y crea, para que él lo dirija, el Instituto de Matemática de dicha facultad, en la Universidad Nacional de Rosario , donde trabajó entre 1939 y agosto de 1961.

Realizó contribuciones sobre el estudio de las cuerdas en las superficies algebraicas, la integral de Lebesgue y la teoría de la medida. Introdujo los espacios de cuadrados integrables, que derivadas también son de cuadrado integrables, y conocidos con el nombre de "espacios de Beppo Levi ". En su honor, ese teorema se llama "teorema de Beppo Levi". En la teoría de conjuntos propuso, por anticipado, lo que luego se llamaría el "postulado de Zermelo".

Beppo Levi decía que había aprendido el español en el viaje en barco que duró quince días y desde un primer momento dictado sus clases en este idioma, a pesar de que aún tenía un marcado acento italiano. Sus ex alumnos contaban que al principio no le entendían bien porque tenía un nivel muy superior de conocimientos matemáticos en relación a los que circulaban aquí. Entonces le solicitaron si las explicaciones podría comenzar desde lo llano, a lo que el matemático accedió y de a poco pudo ir profundizando los saberes de los estudiantes.

Aunque la mayor parte de los cursos que dictó eran para docentes, en alguna época debió dar materias regulares para estudiantes de Ingeniería, específicamente Análisis Matemático II y Mecánica Racional. Según algunas anécdotas, por su baja estatura, el profesor no alcanzaba la altura usual del pizarrón, entonces a menudo pedía que lo colocaran acostado sobre una mesa y él se inclinaba o trepaba sobre la misma para escribir. Los alumnos rodeaban esa mesa para seguir sus razonamientos o alguien volvía a colocar vertical el pizarrón para que todos puedan ver los ejercicios.

Más de una vez expresó sus opiniones sobre la forma de tomar exámenes: le interesaba descubrir qué sabía el alumno, no qué cosa no sabía. En los exámenes tendrían que ser los alumnos los que hicieran las preguntas porque si entendieron harían preguntas interesantes y si no, no tendrán qué preguntar.

También tuvo que enseñar el oficio de investigador: qué es lo que hace día a día, cuáles son sus insumos, cómo se elabora un trabajo científico para presentar en un congreso o para enviar una revista. Desde el principio planteó que su tarea en el país sería la de difusor del pensamiento matemático. Fue así como creó las Publicaciones del Instituto y la revista científica “Mathematicae Notae”. Por su prestigio, contó con la colaboración de importantes matemáticos de otros países y “colocó a Rosario en el mapa internacional de la ciencia. No es una exageración decir que es el padre de la Matemática en la ciudad de Rosario ”, afirman los investigadores.

Lo curioso es que estaba en todos los detalles, casi obsesivamente. Por ejemplo, viajaba frecuentemente a Santa Fe para explicarles a los tipógrafos de la imprenta de la UNL cómo había que hacer la simbología matemática oa pelearse con ellos porque había puesto un símbolo en un renglón más arriba o más abajo de lo que correspondía.

Finalizada la II Guerra Mundial, tuvo posibilidades de volver a Italia, pero él eligió seguir brindándose a Rosario, alegando que la ciudad había sido muy gentil con él. Por un lado había  hecho muchos amigos y por otro, no quería defraudar a los jóvenes que estaba formando. “Dio ejemplos de ética, humildad y generosidad”, resaltan los autores.

Falleció a los 86 años y presentó la renuncia sólo veinte días antes de su muerte, cuando sintieron que las fuerzas lo empezaban a abandonar. Más que una nota de renuncia parecía un pedido de disculpas.

Sus creaciones, y las de los jóvenes a los que él estimuló y orientó, tienen innumerables aplicaciones, algunas de las cuales inciden en nuestra calidad de vida. En la primera mitad de los años 40 se desarrolló en el mundo una teoría matemática que hacia fines de los 70 dio pie a la tomografía axial computada. Y parte de esa base matemática la hizo el Dr. Santaló, precisamente en Rosario. 

A pesar de su reconocimiento a nivel internacional, nunca perdió la sencillez: iba a la Facultad en el tranvía número 6 cargado con un pesado portafolio lleno de libros y papeles. Trabajó hasta los 86 años renunciando a su cargo 20 días antes de su fallecimiento, en el año 1961.

Beppo Levi llegó a la ciudad  de Rosario con 64 años de edad con su esposa, Albina, y tres hijos, su hijo Giulio, fue biólogo, él se fue a vivir a la región de lo que sería luego el Estado de Israel; sus dos hijas estaba separado entre sí por seis años, Laura, la mayor, fue doctora en física, ella regreso a Italia y la hija menor, Emilia, fue arquitecta y artista plástica, ella se estableció en Buenos Aires.

Hoy llevan su nombre el Instituto de Matemática que dirigió y, desde 1977, una calle de muy pocas cuadras en el Barrio Cristalería de la ciudad de Rosario.

Foto: Dr. Beppo Levi

Foto:  Dedicación en el Instituto Politécnico Superior "General San Martín" de Rosario, Argentina

Foto: tumba de Beppo Levi en el Cementerio Israelita de Rosario










lunes, 18 de enero de 2021

La fiesta de los nonos en la Familia Piemontesa de la ciudad de Rosario, Argentina

 A mi amigo Héctor Perfumo le encantaba ir a las fiestas de la Familia Piemontesa de la ciudad de Rosario, en Argentina.

 A Héctor Perfumo le gustaba aprenderse a la perfección de memoria una poesía antes de ir a la fiesta para luego pasar al frente a recitar la poesía, recuerdo que una de las últimas poesías que recito Héctor Perfumo fue la siguiente:

IL natale dell 'emigrante .

C'era una volta il Natale
ricoperto da candida neve
con suoni de cornamuse
e la Messa nell'antica pieve,
le porte non erano chiuse
al viendante, nel vecchio paese.
 
O son qui, senza tante pretese,
en una terra straniera e lontana,
piú non odo squillar la campana,
gioiosa, annunciante la Festa;
dell'antico Natale non resta
che un ricordo perduto nel tempo,
un ricordo del tempo incantato
sfuggito al pari di un lampo,
perduto, ma poi ritrovato
en una taberna fumosa
con gente nuova e diversa
recante una cosa preziosa
che si credeva ormai persa:
un calore umano sincero,
otan por arcano destino,
en silenzio, cosí come quando
è nato il mite Bambino
nel tempo ormai memorando.
 
Ed ancora le stelle nel cielo
ci son con la nuova cometa,
non trema la notte nel gelo,
limpida e così quieta,
cammina il pensiero distante
vola, lontano è la meta
e si ferma nel mitico istante
paloma c'è ancora il Natale.
IL Natale dell'emigrante.
 
LUCIANO TODERO

Foto: Héctor Perfumo y Mirella Giai en la Familia Piemontesa de la ciudad de Rosario, Argentina

Foto: Héctor Perfumo en la fiesta de los nonos en la Familia Piemontesa de Rosario, Argentina

Foto: fiesta de la nonos en la Familia Piemontesa de la ciudad de la ciudad de Rosario, Argentina

Foto: fiesta de los nonos en la Familia Piemontesa de la ciudad de Rosario, Argentina

Foto: fiesta de los nonos en la Familia Piemontesa de la ciudad de Rosario, Argentina










sábado, 16 de enero de 2021

Edmundo De Amicis escribió sobre un masiese en su paso por la Argentina

 Dos años antes de publicar su obra "Corazón" que narra las vivencias de Enrique, un niño nacido en Turín, el gran escritor Edmundo De Amicis vino a la Argentina en el año 1884. 

Edmundo De Amicis consideraba a la Argentina como “Nueva Italia” por la gran cantidad de inmigrantes italianos que tiene Argentina. 


Hace unos años atrás nos contacto el profesor Francesco Cacciabue desde la comuna de Masio , Piemonte, él escribió a mi amigo Héctor Perfumo desde comuna de Masio a la ciudad de Rosario.

El profesor Francesco Cacciabue en ese momento estaba escribiendo un libro sobre el soldado Giovanni Poggio, nacido el 4 agosto del 1830 en Masio

Nos solicitó el profesor Francesco Cacciabue que buscaramos dos artículos que escribió Edmundo De Amicis cuando vino a Argentina sobre el soldado Giovanni Poggio: 

- Primer artículo: relato titulado "Il soldato Poggio", escrito por Edmundo De Amicis publicado en el diario "El Nacional", en el otoño de 1884. 

- Segundo artículo: titulado " Masio (Alessandria) un heroico mutilado de la independencia", escrito por Edmundo De Amicis publicado en el diario "La Patria degli italiani". 

En un principio empecé a buscar los artículos en diferentes bibliotecas de la ciudad de Rosario, pero no tuve suerte, no pude encontrar los artículos escritos por Edmundo De Amicis en la ciudad de Rosario. 

¿Dónde están los artículos que escribieron Edmundo De Amicis en su paso por la Argentina? 

Entonces lo contacte en la ciudad de Rosario al descendiente de masieses el Cav. Miguel Ángel Milano, quien a su vez rápidamente consulto al historiador argentino Dr. Miguel Ángel De Marco. 

El Dr. Miguel Ángel De Marco rápida y amablemente nos informó que los artículos que escribieron Edmundo De Amicis en el diario “El Nacional” y “La Patria degli italiani” estaban en Buenos Aires en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, así pude encontrar ambos artículos . 

Pasaron los meses y un día recibo en la ciudad de Rosario una correspondencia del sindaco Pio Perfumo desde la comuna de Masio , me envié una carta y cuatro ejemplares del libro "Dove gli altri non vanno" storia e mito di Giovanni Poggio, masiese, soldato d´artiglieria, eroe delle guerre risorgimentale. 




De los cuatro libros que llegaron a la Argentina tres fueron donados. 

El primer libro fue donado a la Familia Piemontesa de la ciudad de Rosario, el segundo libro fue donado a la biblioteca de la escuela Dante Alighieri de la ciudad de Rosario y el tercer libro fue donado a la biblioteca del Distrito Municipal “Villa Hortensia” 

               Foto: Elsa Perfumo y Germán Vache en la Familia Piemontesa de la ciudad de Rosario. 

Foto: Elsa Perfumo y Germán Vache en la biblioteca de la escuela Dante Alighieri 

Foto: escuela Dante Alighieri de la ciudad de Rosario, Argentina.


Soldado Giovanni Poggio, “l'eroe senza braccia”.

Nace el 4 de agosto del año 1830 en la comuna de Masio, Piemonte.

Animado por un fuerte espíritu patriótico, se alistó desde muy joven como voluntario en la compañía  Garibaldi , y más tarde en el ejército real de Saboya.

El 2 de noviembre, durante el asedio de la ciudad de Capua, fue herido de gravedad en el brazo por un proyectil de artillería. Intenta levantarse, pero una segunda granada le cae del otro brazo. Inmediatamente asistido por sus compañeros, por miedo a la gangrena, fue amputado de ambos miembros superiores hasta las axilas. Su discapacidad física le valió el sobrenombre de "hombre sin brazos".

Por el valor y el altruismo mostrado, es condecorado con la medalla de oro al valor militar.

De regreso en Masio, se casa con Camilla Fossati. El matrimonio es particularmente feliz con el nacimiento de diez hijos. Giovanni Poggio muere en Turín el 5 de diciembre de 1910 a la edad de ochenta años.

Masio , su pueblo natal, le erigió un monumento, obra del escultor Attilio Gartmann.